Cuando eres estudiante o el simple echo d ir
a cursos de pastelería; te das cuenta y conoces cosas que nunca pensaste o
imaginaste, lo difícil y fácil que pueden ser algunas preparaciones: pero
también conoces, “la dulce” verdad de algunas tortas emblemáticas, de
las cuales, personalmente, siento ahora demasiado empalago cada vez que la
escucho o la veo.
La selva negra, tan famosa, tan dulce, se que
a muchos le encanta; a mi también en sus buenos tiempos, antes de saber su
realidad y su verdadera receta. Soy una amante de los dulces, mas los clásicos,
pero aun así; no puedo tolerar tanto dulce, como es la real receta de la selva
negra, corriendo por mis venas.
La conocemos, como una torta de capa, tres
capas; aquí las variamos, con mermelada, fudge, chantillí con frutas, y otros;
pero su verdadera receta, es mas, mucho mas que eso: consta de capaz de
bizcocho, o genovesa de chocolate (huevos batidos a punto cinta, azúcar y
harina); este bizcocho; es almibarado, con con kirsch (licor de cerezas), una
bebida difícil d encontrar, aquí en Lima, por lo tanto cara; y extremadamente dulce, en la primera capa encontramos un relleno de
ganache( chocolate bitter, crema de leche y mantequilla); teniendo en cuenta que
el chocolate bitter tiene un nivel de amargura, regular; la crema de leche, lo
resalta aun mas; y sobre este relleno; no va la fresa o mermelada, como
creíamos saberlo; si no mas bien, cerezas marraschino picadas; o sea…¡Mas
dulce! ¡Al extremo!
Y así, forman tres capaz del mismo relleno, y
almíbar; bañado con crema chatilly, para finalizar, y chocolate rayado que
sirve como decoración en los bordes y lados de la torta.
A todo esto; se sabe que un pastel, es solo
para endulzar la boca, no para morir empalagado, pues este caso, le favorece
mas a la original selva negra, que mas de 1 cm de grosor por tajada, no podrás
comer; y aunque es una receta completamente diferente, debo decir que es rica,
pero no podría comerla mas que solo una vez, al mes.
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